No sólo los castillos de esta zona destacan por su importancia, se encuentran además puentes como el de Hospital de Órbigo cuyo origen se pierde en la historia, que ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural. Su origen se remonta al periodo romano y sufrió modificaciones en época medieval.
Éste es un puente legendario, famoso por la hazaña del caballero leonés don Suero de Quiñones, que en el año 1434, por amor a una dama, se comprometió a defender este paso hasta romper trescientas lanzas, ayudado de otros nueve caballeros leoneses. Las justas duraron treinta días y al final don Suero peregrinó hasta Compostela, hechos que le reportaron fama en toda Europa.
Como recuerdo del Paso Honroso se han colocado dos monolitos en el puente con la historia del Paso y los nombres de los diez caballeros vencedores de las justas. Actualmente comunica los pueblos de Hospital y Puente del Órbigo y cada día es cruzado por peregrinos de todo el mundo en su camino hacia Compostela.
El reloj de Santa Marina del Rey
El reloj está instalado en una torre junto al Ayuntamiento. Fue fabricado en el año 1590 y en la actualidad continúa en funcionamiento. La mayor peculiaridad es la simplicidad de su maquinaria, no posee tornillos y es muy probable que fuese construido por un herrero. No se conoce que haya tenido grandes reparaciones y, como curiosidad tardó en pagarse más dos siglos.
Hay un dicho popular que reza:
"El reloj da las horas en Santa Marina, los cuartos en La Bañeza y las medias en Villadangos". Y se explica así: porque las horas las da allí, pero los cuartos en La Bañeza por los 660 reales anuales de interés (6%) del préstamo de 1.000 ducados pedidos a Juan de Mansilla, vecino de La Bañeza, para pagar torre y reloj. Y lo de las medias en Villadangos, (villa de ambos, es decir, del Rey y la Reina) porque con los impuestos que tenían que pagar a esa villa, llegaba para pagar las medias del Rey y de la Reina a costa de Santa Marina.
Rollo de justicia de Villademor
El rollo de justicia de Villademor de la Vega fué declarado Bien de Interés Cultural en el año 1963. Existe una curiosa leyenda sobre la figura que corona el rollo conocida como “la mona” y de hecho hoy, después de ser azotado por la lluvia, el viento y el tiempo, se parece a este animal, aun que su representación original fuese de un león.